sábado, 9 de diciembre de 2006

De serpentibus et draconibus

Según parece, el primer escudo de Alfa Romeo es obra de un joven diseñador de la casa que esperando el tranvía en la Piazza Castello se fijó en la torre del Filarete (la principal del castillo de los Sforza), en la cual se aprecian los dos emblemas de la capital lombarda: la cruz roja del estandarte municipal y la serpiente-dragón de los Visconti, el Biscione.

La cruz recuerda el emblema del batallón lombardo que partió para la Primera Cruzada en 1095. Al mando del ejército estaba Ottone Visconti, antepasado de los Visconti que tres siglos después se convertirían en señores de Milán. Cuando los cruzados lombardos regresaron cinco años después, la ciudad adoptó la cruz como estandarte municipal en reconocimiento del valor militar que sus caballeros habían demostrado en el campo de batalla.

El Biscione es un escudo de armas que pertenece a la tradición de los longobardos, para quienes la serpiente sobre fondo azul era un amuleto de buena suerte empleado en las banderas de guerra. En 1295 Matteo Visconti, convertido en señor de Milán, pidió a los escritores de la corte que crearan una "saga de los Visconti" que ennoblecieran un pasado no especialmente brillante.

Para reforzar aún más el inverosímil vínculo entre la familia de los Visconti y la antigua población, nació la leyenda del longobardo Uberto, antepasado de Matteo, que liberó los campos circundantes matando un terrible dragón. En este momento los heraldistas de la corte crearon el Biscione: el cuerpo es el de la serpiente longobarda, la cabeza del dragón. El Biscione devora un hombre (llamado heráldicamente "ingollato", engolado) que hace alusión a sus enemigos. Más tarde se añadió al logotipo una corona ducal de oro. El biscione fue utilizado también por la familia Sforza que sucedió a los Visconti al frente de la ciudad.

El dragón (del latín draco y este del griego drakon, "víbora" o "serpiente") es un animal mitológico que aparece en diversas culturas en todo el mundo. La mitología germana incluye al dragón entre las fuerzas del inframundo. Se alimenta de las raíces del fresno sagrado en el que moran los dioses. Para los celtas, el dragón era una divinidad de los bosques, cuya fuerza podía ser controlada y utilizada por los magos. Entre los celtas de Britania fue símbolo de soberanía, y durante la ocupación romana de la isla adornó los estandartes de guerra. Para la mitología eslava, el dragón era una de las formas que adoptaba el dios Veles, señor del Mundo Subterráneo, adversario de Perún, dios del trueno.

En el simbolismo medieval los dragones sirvieron también como símbolos para la independencia, el liderazgo y la fuerza. Los colores a menudo determinaron el simbolismo que un dragón tenía. Muchos dragones se presentan también como la encarnación de la sabiduría, por lo que en esas tradiciones matar a uno de ellos no sólo daba acceso a sus riquezas sino también significaba que el caballero había vencido a la más astuta de las criaturas.

Una curiosidad más, Enzo Ferrari que comenzó a correr para Alfa Romeo con 21 años y dirigió su línea deportiva hasta la fundación en 1938 de su fábrica Ferrari, era apodado "Drake".