domingo, 25 de octubre de 2009

La vida humana dura 2.000 millones de latidos (latido arriba o abajo)


(Via La Información) Parece ser que venimos al mundo con un número máximo de latidos disponibles y, cuando se produce el último, se acabó. A razón de 60 latidos por minuto, los 2.000 millones se cumplen en torno a los 64 años, más o menos la esperanza de vida media mundial en 2005 (66 años).

Cada clase de animales (anfibios, aves, peces, mamíferos y reptiles) tiene establecido un mismo cupo de latidos. Para los mamíferos, el presupuesto de latidos es aproximadamente 1.000 millones.

El químico suizo Max Kleiber, desarrolló una fórmula que establece la relación inversa entre metabolismo y tamaño de los animales: el total de energía consumida por unidad de peso es proporcional a la masa de este animal elevado a la potencia 3/4. Al tratarse de una potencia menor de 1, cuanto mayor es el animal menor es su consumo energético relativo.

Salvo para los humanos que vivmos el doble gracias a los avances en la salud y la higiene de los últimos 200 años la fórmula vale para cualquier mamífero.

Una musaraña, que pesa unos 21 gramos, tiene un ritmo cardiaco de 850 latidos por minuto en reposo. Cuando el animal está asustado o huyendo puede llegar a los 1.500 latidos. A este ritmo, la pequeña musaraña ha muerto al cabo de dos años.

Algunas especies de ballenas tienen un ritmo cardiaco de 10 o 15 latidos por minuto. No es ninguna coincidencia que se frecuente que una ballena viva hasta los cien años, ni que se estimara que la más vieja que se haya estudiado jamás rondaba los 211.